04 julio, 2020

LA AMISTAD ES DECIR LO QUE SE PIENSA



No deja de ser conmovedora la historia de Roberto Benavente, que bien pudo haberse evitado; pero, razones irracionales no le permitieron conservar una historia natural, como muchos de nosotros la tiene.Han llegado otros e-mails, los cuales dejaré pendientes, ya que lo que nos cuenta Roberto, es bueno mantenerlo como el punto central del e-mail:

roberto benavente <rbenaventer@gmail.com> escribió:

Queridos Amigos de infancia,

Si, de nuestra infancia o adolescencia en la Escuela Militar digo.... 


Teníamos 14 o 15 años y a los 19 años enfrentamos a la tempestad de la historia.

Se debatirá mucho tiempo sobre el heroísmo lo bien fundado del golpe militar, del orgullo de haber participado en aquel momento por ustedes tan valorado.


Debo contarles que viví otra historia.
La violencia de aquello que muchos esconden con grandes frases, nos azotó a nosotros, familia de tradición militar, en toda su crudeza.

A pocos días del 11 de septiembre, mi madre fue encarcelada por supuesta participación en actos terroristas. Las pruebas, unos manuales de explosivos encontrados en su casa (mi casa) que no eran otra cosa que mis pertenencias como Oficial de Ingenieros.
No sirvió de nada mi declaración ni tampoco el hecho de encontrarme en servicio activo como oficial alumno en Tejas Verdes.

Condenada a 30 años de cárcel por un Tribunal Militar muy expeditivo y después de tres años de cárcel, se logró que mi madre y mis hermanas mas pequeñas  quitaran Chile para radicarse durante largos años en Suecia. 
No fue una “suerte para ellas” como se escucha seguido, fue en realidad un desarraigo cruel en el cual se perdió casa y pertenencias que nunca mi madre recuperó (los 100.000 pesos que ella recibe recién hoy del Estado de Chile por la injusticia que se cometió en su contra, distan mucho de cubrir los gastos de sus últimos días de su vida).

Entendí más tarde esa injusta maquinación, pero el propósito de estas lineas no es rememorar aquello sino que tal vez iniciar una reflexión aliviada de frases grandilocuentes o de clichés heroicos.

Mi padre gran profesional y militar respetado, vio truncada su carrera. 

Durante varios años no nos hablamos ni nos vimos mucho, pero logramos ya al final de su vida,  hablar con tranquilidad y franqueza  de nuestras distintas miradas sobre el pasado.

Seguramente de este diálogo con mi padre salen estas lineas de hoy.


Cuento brevemente lo que fue de mi en aquel entonces. 

Habiendo vivido antes como ustedes, el trigo y el maíz a la salida franco como alféreces, el descalabro de las instituciones, el clima de enfrentamiento radical en las calles me sentí aliviado y orgulloso como joven subteniente al participar en lo que pensábamos todos que era un cambio necesario. 

Teníamos 18, 19 años.

Pero la realidad me golpeó temprano y mis sentimientos perdieron el primer candor. No pude aceptar como persona, lo que se me podía exigir como militar en aquel momento.
Lo hablé muy directamente con mi comandante de entonces, Coronel Manuel Contreras, a quién presenté mi baja. 


Tiempos de guerra obligan, ésta se concretó solo un año y medio más tarde, con la obligación de explicar al Comandante de División, los motivos de mi alejamiento. 


Expliqué la historia de mi madre y cómo aquella injusticia me hacía cuestionarme más globalmente el rol que las Fuerzas Armadas podían jugar gobernando. 
¿Cómo sería la arbitrariedad e injusticia en la vida de todos los días de personas más alejadas de las fuerzas armadas? Estábamos en 1975.

Lo decía como “en familia” sin ningún rencor ni propósito político. Se anotó solamente “pérdida de vocación militar” y nunca fui molestado a causa de esta sinceridad, tampoco hubo clemencia para mi madre.

No me convertí en “bolchevique” ni mucho menos, solo en miserable estudiante de arquitectura entre el 76 y el 81 y la relación con mi padre prácticamente se acabó en esa época.
Luego me fui a  Paris durante 25 años. No me fui ni exiliado ni obligado, simplemente estaba muy descontento de vivir el Chile de entonces. 
No ni tiré de este exilio voluntario ni una sola ventaja como muchos exiliados económicos de la época. Mi trabajo de arquitecto me permitió vivir bien y crear una familia.

Lloré en Francia la desaparición de nuestro amigo Lucho Carevic y después también me alegré que el país volviera a una normalidad democrática.

Me conmovió el coraje del entonces Comandante en Jefe Emilio Cheyre de iniciar la reconciliación entre MI EJERCITO y la sociedad civil. 
Supe después la distinta lectura que muchos de ustedes hacen de esto.


No logré entender la obsecada negación sobre el catastrófico gobierno de Allende por parte de muchos exiliados chilenos de la época y por los simpatizantes de la concertación hasta el día de hoy. 
No entiendo tampoco la negación sistemática sobre los innombrables actos inhumanos del Gobierno Militar.


No hemos aprendido nada en 30 años? Repetiremos hasta el hastío solo los clichés que aprendimos de adolescentes?
Es cierto que no se aserrucha la rama sobre la cual se está sentado, pero si el árbol que compartimos fuese aquel de los valores, de la dignidad, de poder pensar un país mejor, de poder decir sin “calculos convenientes” lo que se piensa, podríamos estar todavía juntos en ese ideal de honor y de fraternidad que abriera reflexiones para nuevo siglo.
A finales del siglo pasado cae con el muro de Berlin y con este la gran mentira del “futuro radioso socialista”. También cae en Africa del Sur la infamia del apartheid.

Sin embargo, las profundas desigualdades entre los chilenos que radicalizaron la sociedad chilena de entonces,  aunque ha cambiado de forma con el maquillaje neoliberal, acumula en silencio profundas injusticias, mucho más diversas que cuando el ingreso per capita era de la mitad y sin el 90% de los chilenos endeudados.

Vendrán otros tiempos en los que otra vez se instrumentalizará al Ejercito para usos privados de un lado o del otro. 

Seguiremos no entendiendo las responsabilización individual por actos institucionales “en períodos especiales”, mientras los instigadores también de un lado y del otro disfrutaran del banquete sin culpa ni remordimiento.


Ya somos abuelos, creo que nuestros nietos verían con interés una recopilación de nuestras historias no desde la inventiva, sino del deseo profundo de vivir en paz un país más unido y más solidario.

Un abrazo a todos,

Roberto Benavente

Primero. Agradecemos a Roberto Benavente que nos haya contado su historia; una historia desconocida para muchos de nosotros; sin embargo, pienso que, el pupitre pudo más. Es por eso que cuando supimos que iría al amaretto, lo recibimos como hemos recibido a todos los compañeros de curso, sin distinción de ningún tipo.

Segundo. Todos ingresamos a la Escuela Militar con un propósito claro y definido. Lo que vino después es parte de la historia.
Es por ello que existen la trincheras, en donde se pueden identificar claramente las situaciones; sin embargo, como curso hemos tenido la claridad de lograr reunirnos todos en una misma trinchera.

Tercero. Como cristianos que somos muchos de nosotros, el reencuentro con Benavente tiene mucho de aquello. Solo debemos aprender la lección de cuando uno de los apóstoles volvió herido a justarse con los suyos, desprendiéndose de aquel encuentro solo un  mensaje de paz, de solemnidad y sabiduría propia del abuelo.






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Junto con difundir mensajes que se desprenden del correo enviado por Roberto Benavente, se han recibido llamados telefónicos preguntando si el Jueves 27 de Diciembre habrá o no comida por el termino del año.

Si hubiesen más de 15 inscritos podríamos pedirle a los especialistas en car
nes que preparen algunas cosas para ese día, para lo cual rogaría que los interesados  me lo hagan saber para que la directiva tome la decisión de hacer o no una comida de termino de año.
PARA UNA SANA  AMISTAD, ES BUENO SABER LO QUE SE PIENSA

Francisco Urrutia <furrutia@eurocomercial.cl> escribió:
Lamentable lo que le sucedió a Roberto como lamentable son las enfermedades y otras catástrofes, es una experiencia de vida como también lo fue la de algunas de nuestras madres atacadas con papas con hojas de afeitar en la marcha de las cacerolas. Con todo el respeto que me merecen las palabras de nuestro compañero de curso dudo que la esposa y madre de militares haya sido condenada tan injustamente.
 
Francisco Urrutia


JAIME SOTOMAYOR <jsotomayorg@yahoo.es> escribió:

Roberto, me conmovio tú historia, y estoy totalmente de acuerdo contigo, yo me sali de la Escuela en 1970, y años despues pense que bueno que me retire y no tuve que hacer y presenciar lo que Uds. si les toco.
Saludos
Jaime Sotomayor Garretón


 jorge vasquez <alfonsomuller@hotmail.com> escribió:
Roberto que lindas son tus palabras y que ciertas son , solo el tiempo sabra decir la verdad ,nuestro nietos podran gozar de nuestra noble lucha por la libetad de chile .
saludos y a tu disposicion .
jorge vasquez muller.



Carlos Bahamondes Masafierro <bahamondes.masafierro.carlos@gmail.com> escribió:

Para Roberto Benavente,
 
Un gran abrazo y toda mi solidaridad y afecto.
bahamondes.masafierro.carlos@gmail.com
Celular (56-9) 88 11 4949

Christian Yovane Brahm <christian@patagonianautica.com> escribió:








Estimado Roberto:
Como tu bien lo dices al final de tu correo al curso, "Ya somos abuelos, creo que nuestros nietos verían con interés una recopilación de nuestras historias no desde la inventiva, sino del deseo profundo de vivir en paz un país más unido y más solidario",lograrlo será para nosotros  la culminación de esta historia nacional que nos ha dividido como país y el inicio de una nueva en la que la sinceridad y los verdaderos sentimientos entre amigos y camaradas de armas, que a pesar de todo lo ocurrido, lo seguiremos siendo hasta siempre,serán el camino que nos marcará por los años venideros en los que mas que nunca debemos estar unidos y entregándonos apoyo fraternalmente.Todo esto será producto o consecuencia de los años jóvenes que vivimos en la Escuela Militar hasta el 11 de Septiembre de 1973, en la que la vocación militar era pura y ciertamente infantil, ya que a esa edad no nos correspondía ser diferentes.
Todos tenemos una historia ya vivida que contar,unas mas interesantes que otras, dependiendo de la perspectiva que  se miren, espero que el tiempo y la prudencia nos den la fuerza y valentía que  has tenido al entregarnos la tuya para hacerlo.
Por ahora acepta  un gran abrazo de tu viejo Teniente
Christian Yovane Brahm


Fernando Hoffmann Alamos <fhoffmann@aquagest.cl> escribió:
Mi estimado y recordado AMIGO:
Comprendo y hago mío el inmenso dolor que debes haber vivido tanto por el horroroso drama sufrido por tu mamá como el distanciamiento de tu papá, más aun a una temprana edad en la que muchas cosas no se comprenden y solo se atesora lo que se cree por formación y vocación sin mediar una profunda racionalidad.
Te diré más, valoro, respeto y admiro tu “verdadera y madura lealtad” no solo a los valores que juraste a tu Ejército si no, a tus principios como hombre que a la luz de tu relato mantuviste y mantienes incólumes pese al dolor de lo vivido.
Muy cierto es que muchos desaciertos y, me atrevo a señalar, descriterios, fueron pan de cada día en una época tremendamente convulsionada no solo en la sociedad chilena en su conjunto si no, en la familia, base esencial de convivencia de una sociedad sana, pasando por la Iglesia y diversas instituciones morales y sociales del país.
No es justificar lo ocurrido pero a lo menos, mantener una racionalidad descontaminada de la historia reciente de nuestro país nos permite, someramente, entender que NUNCA MÁS debemos pasar por una irracionalidad como la vivida y, ciertamente debemos reconocer que pese a todo, era lo único que nos salvaría y nos recuperaría como sociedad para mirar al futuro con tranquilidad y vigilantes de que aquello no vuelva a pasarnos.
Por otra parte y sin constituir un consuelo de ninguna naturaleza, muchos de nuestros camaradas de armas cumplen sentencia sin siquiera haberse demostrado culpabilidad alguna en hechos de sangre, asimismo, se mantiene una ansiosa actitud de venganza en la sociedad toda desconociendo a los verdaderos responsables de tamaña catástrofe social que se vivió hace 39 años la que por lo demás, se incubó durante los 10 ó 12 años anteriores al 11/09/73 y, esto pasa porque esta sociedad sigue siendo profundamente cobarde y no encara con honestidad causas ni consecuencias de actos reprochables en la que todos estamos involucrados, nos desprotegemos popularmente para favorecer las bajezas más enconadas como la venganza para descomprimir parte de la sociedad afectada entendiendo por ello lo que un día dijo el ex presidente Aylwin “justicia en la medida de las posibilidades”, lo que en mi modesta opinión es la base de futuros conflictos y futuras pasadas de cuenta.
Bueno mi estimado Roberto, quisiera que en  el futuro conversáramos de lo que realmente nos alegra la vida, la familia, los hijos, los nietos y, nuestra común convivencia en aquellos hermosos años de cadetes de la Escuela Militar, tiempos que atesoro de forma muy particular, especialmente cuando recuerdo a grandes amigos como tú y que serán parte de mi vida hasta que Dios diga otra cosa.
Un fuerte abrazo
Fernando Hoffmann Alamos
 


JUEGO DE GUERRA "MACUCOS EXPERTOS EN REVUELTAS"

Carlos Arias <carias1953@gmail.com> escribió:

 <joperla01@gmail.com> escribió:
Amigos, ya se sabe lo que no se hizo , el tema es que haremos NOSOTROS, suponiendo que se quisiera hacer algo...
Jorge

Respuestas:
Bueno nuestro Ejercito tiene excelentes   Profesores estrategas de la AG que  podrían  inventar y  organizar una Protesta a nivel Nacional  frente al Palacio de la Moneda con la finalidad de exigir a Piñera que cumpla su palabra , como por ejemplo nombrando un coodinador desde Arica hasta Punta Arenas para juntarse en Stgo , pero la verdad  y lamentablemente haciendo una critica constructiva somos comodos y no tenemos la Fuerza , Conviccion y Espiritu de lucha que tanto se nos enseño en la Escuela Militar..Los izquerdistas son organizados y tienen  la fuerza ,  la disciplina y  estrategia. Diré un solo  ejemplo : Izquerdistas que para la candidatura de Alwyn andaban en grupos a las 7:00 Hrs en todas las esquinas de Santiago y nosotros  en columnas de autos a las 1100 Hrs con suerte. Con esta actitud no llegaremos desgraciadamente JAMAS al Exito y nuestros  Camaradas  de Punta Peuco moriran ahí encerrados  como ratas y los Extremistas gozando de libertad  inmerecida con el agravante  de ser ahora  grandes Heroes.
Carlos

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