QUINTO PELOTON: junio 2009

PERTENECIA A LA 5ta. COMPAÑIA DE SUB-ALFERECES
DEL CURSO MILITAR 1972

PERTENECIA A LA SECCION DEL TENIENTE
CARLOS CARREÑO BARRERA

DISCURSO DE DESPEDIDA

En estos instantes en que hemos sido convocados por el Altísimo para despedir los restos mortales de un camarada, en representación de la generación 1969-1973 de la Escuela Militar del Libertador Bernardo O`Higgins y a nombre de los Oficiales en retiro de la Guarnición de Quillota, me dirijo a ustedes para que en estos momentos de recogimiento y dolor humano ante la partida del Esposo, padre, hijo, hermano y amigo, hagamos un sentido homenaje a quien en su paso por el Ejército de Chile dejó huellas profundas de heroísmo y de entrega sin igual por el bien común y de nuestra libertad como nación.

Pensar que solo el domingo pasado celebraba íntimamente el día de la Infantería, arma que atesoró en lo más profundo de su ser como soldado ejemplar, cuyas epopeyas y tradiciones le hicieron sentirse orgulloso como claro heredero de los infantes de Chacabuco, del Morro y de La Concepción, lució desde muy joven y con merecida soberbia su parche rojo, aquel que refleja en su color la sangre de nuestros héroes y mártires, cuantas veces marchó al mando de sus soldados por las pampas del Altiplano y de Tarapacá, siempre fiel a sus superiores y leal con sus subalternos.

¿A quién despedimos hoy?. Señoras y señores no es un chileno más, son los restos mortales de un héroe olvidado, quien siendo muy joven hizo su servicio militar como voluntario y luego con el afán de seguir los pasos de quien admiraba desde niño, su padre, su guía y amigo; con quien estoy seguro forma ya en el Ejercito de los inmortales se ha reunido. Salomón ingresó a la Escuela Militar en 1972, para graduarse como Subteniente de Infantería en 1973, siendo un joven oficial dio la cara y ofrendó su pecho a las balas, para liberar a su nación de una artera invasión que no tenía otra solución más que las armas, como la historia lo ha demostrado, él y sus camaradas de hace 36 años nos legaron a los chilenos la prosperidad de la cual hoy usufructuamos o dejamos usufructuar, haciendo recuerdos “Por Dios que era lejana en ese entonces la verdadera Libertad”.

La patria entera debe a estos jóvenes del ayer el reconocimiento y la gratitud que se les debe, más aún cuando hoy vemos con desazón que solo se homenajea y se enaltece públicamente a quienes tenían como ideal la destrucción moral de nuestra sociedad, con que perplejidad vemos que nuevamente lo están logrando.

Gracias Salomón por tu esfuerzo, gracias soldado por tu deber cumplido, perdón amigo por lo que no hicimos e ilumínanos desde el mas allá para cambiar nuestra actitud pasiva y entreguista, para que algún día nuestro Chile querido sepa reconocer en ti y tus camaradas lo que nos dieron.

Janet y Valentina, vivieron con un HEROE en mayúsculas, un hombre que en silencio sufrió la ingratitud de sus compatriotas, pero que hoy día acompañamos reconociendo en él a un elegido por Dios para ustedes, rogando que sus huellas y rastros en Parinacota y Arica no hayan sido en vano, rindo homenaje a mi camarada con el compromiso de nunca callar nuestra voz en la defensa de la verdadera historia, de nuestros valores e ideales que siempre nos han congregado.

Capitán Salomón Izuck Vidal, camarada y amigo; Descansa en Paz.

SU PRIMERA ACTIVIDAD EN LA ESCUELA MILITAR
SALOMON IZUCK FUE SEPULTADO EN QUILLOTA

El 16 de junio de 2009 19:20, Janet Cortes escribió:

Estimado Manuel: Quiero agradecerte en mi nombre y en el de mis hijos por tan noble mision que te ha tocado cumplir en esta etapa de tu vida. Han sido unos dias de mucho dolor, pero he sentido vuestro apoyo y la fuerza que me han transmitido vuestras oraciones. La partida de mi amado Salomon deja un espacio imposible de llenar, pero doy infinitas gracias al Altísimo por haberme permitido el Honor de compartir 20 años de su vida, con la alegria característica de él y con ese Amor incondicional que nos entregó siempre y que continuará hasta la eternidad. Mi gran satisfacción fue el sentido homenaje que hiciera Adolfo Rojas en el Discurso de despedida, destacándolo como un Verdadero heroe anónimo, que al igual que todos ustedes entregaron todo su amor y compromiso por su querida Patria. Aunque su reconocimiento haya sido póstumo, estoy segura que El se sintio orgulloso una vez mas de vestir tan digno uniforme y que desde el cielo nos seguira apoyando siempre. Te quiero contar que los Oficiales de la Escuela de Caballeria tambien se hicieron presente, aun cuando no era su amada Infanteria, y le rindieron los Honores que se merece un Oficial del Ejercito de Chile. Cubrieron su urna con su hermosa bandera, la que me entregaron, despues de presentar armas y al son del clarinete, lo despidieron con tiros de salva. Fue una Despedida digna para un Valiente Soldado. Con mucha gratitud...... Ma. Janet Cortes de Izuck.