02 febrero, 2021

2 DE FEBRERO CARLOS ARIAS

CARLOS CIRIACO ARIAS BUSTAMANTE



Ingresa a la Escuela Militar el año 1971 con el N° de orden 168, a la 2da sección y lo hace proveniente de Rancagua, su ciudad natal. 

Rindió los exámenes de postulación en la ciudad de Curicó.


Fueron sus primeros compañeros de curso el año 1971 y estando en el sexto G, los siguientes alumnos de la Escuela Militar:

Acuña Hahn Hugo Eduardo

Alcayaga Barraza Sergio Fernando

Aldunate Hermann Ludovico Eduardo

Arias Bustamante Carlos Ciriaco

Bustamante Ramírez Sergio Antonio

Castro Muñoz Guillermo Iván

Del Valle Villalón Fernando Patricio

Duarte Martínez-Conde Fernando Javier

Enberg Castro José Francisco

Espinoza Mellado Marcos Vinicio

Ferreira Rébora Antonio Sergio

Figueroa Guerra Julio Alfredo

González Cortés Aquiles Mauricio

Herdener Truan Luis Augusto

Hoffmann Álamos Fernando Conrado

Jofré Pizani Jaime Enrique

Le Dantec Gallardo Cristián Gabriel

Lutjens Zúñiga Julio Enrique

Maddaleno Herrera Rigoberto Eduardo

Mela Cañas José Miguel

Molina Meyohas Fernando José

Olfos Ayarza Dan Fidel

Riquelme Vergara Juan Julio

 

En 1972 estuvo en la 4ta Compañía al mando del capitán Jorge Sáez Puga en el 3er pelotón.




En Julio de 1973 se graduó como oficial de material de guerra, estando en la 7ma compañía.

Atrás el segundo de izquierda a derecha.


Es el quinto y último de los sentados a la derecha


Carlos Arias Bustamante es el que está a la derecha


CELEBRACIÓN DE LOS 40 AÑOS

Participó activamente en la celebración de los 40 años de egresado de oficial con su esposa Constanza König.


Adelante es el tercero de izquierda a derecha



LOS RECUERDOS DE SU PADRE

Su padre trabajaba en el mineral de Sewell en donde hubo un accidente con numerosos fallecidos.

Carlos siempre le ha rendido un homenaje a su padre por este hecho.


Carlos Arias <carias1953@gmail.com> escribió:

Corresponde comparar las tragedias de minas subterráneas (Sewell y la de San José)  Récords Mundiales ya que; una tuvo el mayor número de mineros  muertos y la otra el mayor número de días de mineros  bajo tierra  y que esta  sirvió para mostrar al mundo la eficiencia de los ingenieros y técnicos chilenos.


La Poesía Adiós Sewell cuyo autor es mi Padre Luis Alejandro arias Ortiz.
Pertenece a todos los mineros del mundo, pero con la diferencia que la tragedia del humo murieron 355 mineros y mi padre Luis Alejandro Arias Ortiz fue el único sobreviviente, con la diferencia que esta tragedia de los 33 mineros de San José  terminó con éxito y por ende es también parte de los 33 mineros ya que dice claramente al final de ella: 

"Adiós a Sewell"

 

 

Adiós para siempre Sewell de mi vida

Adiós para siempre Sewell de mi ayer

Adiós para siempre con el alma herida

Me voy con la esperanza siempre de volver

Volver a la mina cegadora de la muerte

Donde el minero perfora las entrañas

 

 

Rompe y triza la roca dura

Para robar el oro a la montaña

Adiós cumbres vírgenes  nevadas

Cerca del cielo luces encendidas

Llanto de nieve lágrimas trenzadas

En cobre y oro alhajas perdidas

Adiós mineral con tantas vidas

Rodados de nieve sepultan la poblada

Tumba blanca de Sewell y mina

 

 

Hoy muerta en vida ciudad escalonada

Ayer fuiste mascota de la montaña

Dueña de tantos tesoros

Hoy paloma herida bajo el ala

Derrumban tu nido te llevan el oro

 

 

El 1945 deploró

19 de junio recordar no quiero

7 de la mañana incendio en la mina

Y mueren 355 mineros

 

 

El humo sembró de muertos los socavones

Las estocadas, escalas y así para que seguir

El minero no sabe si llega donde va

Ni sabe  en  qué  parte va a morir

 

 

Autor

(Canilla de Macho)

El siempre bien ponderado Luis Alejandro arias Ortiz








Soy el hijo mayor de Alejandro Arias Ortiz y pienso que la poesía "adiós a Sewell" es maravillosa, ya que concadena en forma perfecta y metafórica la vida del minero en Sewell.
Mi padre me llevó a los 7 años a conocer Sewell en donde lo que más me llamó la atención fue la nieve y un carrito en donde sonaba una campana cuando subía y bajaba.
En la estación la Frontera recuerdo el tren en que viajábamos se descarriló y aún tengo presente en mi mente el llanto de los niños producto de las heridas con los vidrios, ya que estos no eran inastillables como ahora.
Carlos C. Arias Bustamante


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