Considero necesario enviar este e-mail por el correo MABOR por la experiencia y lo que significò para Ricardo Osses su visita a Punta Peuco.
Ricardo Osses <fata1754@gmail.com> escribió:
Estimado Manuel:A través de este e.mail, y tal como te lo expresé el día en que nos reunimos, previo a mi visita a Punta Peuco, quisiera relatar a los miembros de la cofradía los eventos relacionados con dicha visita así como mis sentimientos en relación con la misma.En efecto, me trasladé al recinto de Punta Peuco el día miércoles 22 recien pasado, coincidiendo en la oportunidad con mi Grl. Pablo Gran, y con mi Crl. Manuel Pérez.Atendiendo que al día siguiente se encontraba de cumpleaños mi Grl. Iturriaga, además de los obsequios que cada uno llevaba, se adquirió una torta para "celebrarlo" anticipadamente en compañía de sus compañeros de presidio ubicados en el 1º Módulo de Detenidos.La mañana ya presagiaba el alto calor que nos acompañaría ese día, pronóstico que al llegar a la zona del penal pudimos comprobar en toda su dimensión.La zona donde se ubica en penal, como muchos ya sabrán, posee un notorio parecido a la geografía y flora de la localidad de Peldehue (tan recordada por todos nosotros), distante algunos kms. de la ruta 5, camino de tierra de por medio.El penal en sí, como toda cárcel, muestra visiblemente todas las barreras físicas de un recinto carcelario, lo que me imagino debe causar una fuerte e ingrata impresión a los familiares y amigos que visitan a los allí detenidos. Al menos a mi me ocurrió.El personal de gendarmería que cumplía funciones ese día, nos mostró una actitud seria y formal en el cumplimiento de sus funciones y procedimientos, pero no carente de gentileza y deferencia. Creo entender que ellos logran diferenciar la condición socio cultural tanto de los detenidos como de sus visitas, respecto de lo que ocurre en los otros penales del país.Como me lo adelantara mi Grl. Gran, las dependencias del recinto son decentes contando cada uno con la privacidad de un dormitorio, por lo que, en este sentido, no hay menoscabo para los uniformados detenidos allí, sin embargo, el hecho es que están presos y esta condición y realidad se estrella brutalmente y constantemente contra los ojos del visitante, en cada punto del recinto.Esta situación podría cambiar en marzo, según me enteré posteriormente, atendiendo que ingresarían más detenidos, lo que les obligaría a compartir sus dormitorios y a utilizar camarotes.Al llegar al Módulo 1 (existen 4) donde se encuentran oficiales de Ejército (incluyendo al Tata Ovalle) y un oficial de la Armada, nos ubicamos en una especie de salita de reunión donde mi Crl. Pérz les avisó nuestra presencia con un grito de "levantarse, pasar a las duchas", sonora invitación ante la cual lentamente comenzaron a salir de sus dormitorios, con paso cancino y aspecto cabizbajo, actitud que cambiaba transformándose en una pasajera alegría, al ir reconociendo a los visitantes.Realmente constituía para ellos motivo de alegría nuestra presencia, la que seguramente rompía la rutina y abandono diario, a los que estaban acostumbrados, quizás resignados ya.Tatita Ovalle fue uno de los últimos en aparecer, por lo que aproveché la ocasión para compartir con los demás oficiales presentes, a algunos los conocía, a otros al menos ubicaba. Todos ellos intentaban en un principio demostrar ánimo y entereza, conducta que les iba abandonando a medida que transcurría la conversación, trocándose en un silencio melancólico y reprimido dolor.Intentando romper ese sentimiento, aproveché de entregarle los alimentos, libros y juegos de mesa que les llevé en la oportunidad, trás lo cual, apareció el Tata por lo que después de darnos un efusivo y fraterno abrazo, nos dirigimos a su dormitorio para conversar con mayor privacidad.Para hacer honor a la verdad, esta conversación fue más un monólogo, ya que sus ganas de expresarme sus sentimientos y aprehensiones eran tales, que escásamente me permití interrumpirlo, prefiriendo guardar silencio y escucharlo con respetuosa y total atención, entendiendo su sentir.En la ocasión me contó de su vida en el lugar, de su familia y sus visitas, de los problemas de salud que lo aquejan y finalmente de su verdad, la razón por la que se encuentra detenido, datos en los que no ahondaré por respeto a quienes no comparten su visión, o bien no les interesa. Entiendo y de hecho sé de miembros de esta cofradía que se vieron afectados personalmente durante el Gobierno Militar, por lo que este tema u otros similares no puede ni debieran ser materias a tratar en nuestros contactos diarios, a riesgo de socavar la unión del grupo.El Tata, me solicitó les agradeciera a todos sus ex-compañeros y/o miembros de la cofradía, la atención y apoyo que le brindaran a su familia, particularmente en lo económico, situación que aunque no ha sido solucionada en su totalidad, ha tenido algún respiro o alivio gracias a los aportes que ha recibido.Me encareció su preocupación por la titulación de su hija María Pía, quien debe pagar a la Universidad Finis Terrae una deuda pendiente. Este tema lo conversaré con Julio Baeza V. al regreso de su travesía marítima, de manera que estudiemos los cursos de acción posibles a seguir, para continuar buscando una solución. Fue el compromiso personal que adquirí con él.Posteriormente me reuní nuevamente con los demás oficiales del Módulo, en un patio de pasto cercano, donde algunos han instalado toldillos para guarnecerse del sol. Allí los otros oficiales visitantes habían ya dado término a la celebración del cumpleaños, y se encontraban en una distendida conversación, en la que sin embargo, sólo algunos participaban, mientras que otros guardaban silencio, optando por escuchar cabisbajos.Muy silencioso y cabitativo estaba el celebrado (Grl. Iturriaga) obviamente por las circunstancias en que lo encontraba esa fecha. Probablemente sus pensamientos estaban muy lejos, distantes, con su familia. Cabisbajos y silenciosos estaban también el Crl. Ulrrich y el Tcl. Corvalán. Conocemos a ambos.En un momento en que la conversación se animó, aproveché de escaparme nuevaemte, esta vez para saludar y entregarle un obsequio al único oficial de la Armada detenido en el Módulo, a quien según me había informado previamente, sólo visita su familia. Su institución lo ha abandonado.Todo un caballero, prudente en los comentarios y observaciones que me hizo durante la conversación sostenida, evidenciaba sin embargo la amargura que lo sobrepasa. La posibilidad de fallecer en detención sin haber podido gozar a sus nietos. Calculé que debía bordear los 70 años ya.Destaco que con real admiración me señaló, lo impactado que había quedado con la visita que hiciera al penal, en diciembre pasado el Cdte. en Jefe del Ejército. De su institución nada.Debí terminar nuestra charla, pues desde el pasillo me avisaron que la visita tocaba a su fin. Nos despedimos con un abrazo, en silencio. No encontré palabras de consuelo qe pudieran ser válidas.Me dirigí a la salita que oficia a manera de living - donde nos reuniéramos al comenzar la visita - para abrazar nuevamente a los detenidos, antes de retirarnos del lugar.El tiempo, como hubiese deseado, no me permitió visitar los demás módulos, a los demás Oficiales y Sub-Oficiales detenidos. Será una misión pendiente para una próxima oportunidad.Hasta aquí mi relato.No puedo terminar esta e.mail, sin embargo, sin expresar mi decepción por la casi nula colaboración que recibí en mi "campaña del libro" con la que esperaba aportáramos a la biblioteca del penal. Sólo MABOR fue solidario y sensible.Me volvió a la mente el comentario que nos hiciera llegar el año pasado nuestro camarada "el ratón Pérez", cuando nos advirtió que no estaba disponible ni contáramos con él, si en esta cofradía no eramos capaces de generar algo más que reuniones para tomarnos unos tragos y hablar de recuerdos juveniles. Concuerdo plenamente con su opinión.Puedo entender que, como lo señalé anteriormente, haya discrepancia de visiones políticas pasadas y presentes en este grupo humano, es legítimo y válido, aunque no deben enturbiar o afectar la unión lograda. Nada más lejos de ello.De lo que se trataba era de tener un gesto de nobleza, de humanidad, de riqueza humana. De entender el dolor de otro ser humano sin interponer prismas partidistaso sectarios.¡Sí hasta les ofrecí ir a sus casas a retirar los libros..............!Quedan exculpados quienes no viven en la R.M. o simplemente en esas fechas no se encontraban en Santiago. Los demás debieran meditar sobre esto.Les repito amigos, no habla bien de nosotros, de esta cofradía.Atte.Fata
Ricardo, antes que nada felicitaciones por tu relato, el cual refleja claramente una realidad a la cual estan enfrentados Oficiales de Ejercito, hoy en retiro, los cuales por diferentes razones se encuentran en aquel penal.
Sin examinar en detalle los hechos en si y las razones por què estan ahi, independiente de aquello, lo importante es que en todo momento hemos recibido aquel mandato que escuchamos en largas misas de campaña, cual es orar por los enfermos y visitar a los encarcelados, independiente de su condiciòn, credo o raza.
Cada cual Ricardo esta en su derecho a razonar y pensar como quiera, lo importante es que se respeten las posiciones. Si Jorge Perez, como dices, hizo una critica respecto a que no esta para concurrir a servirse un trago con los amigos, respeto su opiniòn y seguimos tan amigos como antes.
Distinto hubiese sido el panorama si nuestro amigo en comun se haya dado el trabajo de visitar un dia el amaretto y posteriormente a eso hacer la critica; en otras palbras con fundamentos, porque, como bien tu sabes las mejores ideas y decisiones ham surgido en el amaretto, en donde no todo es lujuria.
Quiero agregar que durante toda nuestra trayectoria, cuando cumplimos los 10 años, los 20 o los 30 años, siempre vi en la fila a PERSONAJES DE CIVIL que nunca supe de donde venian y que representaban; en cambio, ahora, gracias a estos encuentros he logrado conocer a gran parte de ellos, que corresponde a cadetes que habrian sido potenciales compañeros de curso egresados como Oficiales y con quienes, al calor de una trago o una bebida, nos hemos dado a conocer y hablamos como si hubiesemos estado en el Alcazar toda una vida, incluso con un estilo de solidaridad que no podemos calificarla por un libro mas o un libro menos.
Personajes que sin conocer al TATA han depositado, han colaborado de una u otra forma, no solo con el tata sino que tambien con Roberto Goicochea.
Cuando se es solidario, hay que serlo como tal y no ser tambien un administrador con lo que se recauda. Lo que pasa despues es problema de cada cual.
Las diversas situaciones de la vida nos han llevado a este estado de cosas, cada cual en su àmbito hace lo que estima pertinente, pues a Jorge Perez lo he visto en otros campos colaborando y eso esta muy bien.
Hasta el momento no han surgido otras iniciativas distintas a las que estan funcionando, el correo MABOR esta abierto a todas las iniciativas, aunque estas apunten en mi contra.
Un dia el Capellan Florencio Infante dijo que no habia que ser sabio en su propia opiniòn, ESA ES UNA VERDAD DEL PORTE DE UN BUQUE, a proposito del buque de Pedro Asalgado.
Te agradezco el tiempo que tuviste para concurrir a Punta Peuco, pues es una experiencia personal que mientras no se conoce, no hay forma de describirla, pero te da los cojones para manifestarte y decir algo, cuyas expresiones es bueno que las sepa el curso.
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